La mejora en las prácticas y la estandarización de unidades para mayor capacidad, podrá multiplicar la productividad ferroviaria y dar sustentabilidad a su economía
Escalar el ferrocarril con escalabilidad de las unidades
Si bien esta breve nota se basa en el caso de los ferrocarriles de Argentina, el concepto es aplicable a todos los ferrocarriles del Mundo, especialmente, porque hay redes enteras de países desarrollados que siguen condicionados por los estándares de dimensiones y capacidades propias de mediados o principios del Siglo XX.
Se pueden observar servicios ferroviarios vigentes de carga general o de graneles en los que las velocidades medias entre extremos son mucho menores que la velocidad media de la sumatoria de las velocidades de circulación tramo a tramo.
El principal condicionante surge de la degradación extrema de la tecnología de seguridad operativa desde hace tres décadas, donde se pasó de máximo recubrimiento de variables con elementos mayormente comandados por personas en una red que aún tenía poco más de 30.000 Km en servicio, a una red que hoy tan solo tiene 14 de 17.000 Km en operación y con todos los ramales que no pertenecen al área metropolitana de Buenos Aires, con el simple recubrimiento de seguridad por Radio Operación, donde el único respaldo es la grabación de los sucesos y unos pocos casos en los que se dispone detenimiento a distancia de los trenes.
La lentitud de la velocidad impuesta por el estado técnico de la vía, se ve aún más disminuida por la incidencia que le impone un arcaico y sistema de seguridad operativa, más un factor comercial que se ve sometido a esas restricciones y debe imponer mayores márgenes de tolerancia a sus compromisos.
El resultado impone una producción por km de vía activa del orden de las 1.800 Tm anuales por km de red y de 850.000 Tm de productividad efectiva por cada uno de esos Km, cuando el soporte de la sola inversión de la vía requiere de, al menos, de 6 millones de toneladas anuales de productividad por cada Km de vía, si son graneles, pudiendo bajar a unos 4 millones si hay un mix de cargas generales y de graneles.
La condición fundamental está en la productividad de cada vagón, donde su estándar de capacidad portante oscila entre 17 y 20 Tm/eje según la trocha y el estado de las vías, donde tan solo un vagón de 80 Tm de graneles alcanza a abonar los costos de la sola operación, mientras que todos los demás están muy por debajo de producir sustentabilidad alguna.
¿Entonces, podría creerse que nada será posible hasta que la red esté totalmente renovada a 25 Tm por eje?
Pues no es así, ya que el mejoramiento de prácticas, más la incorporación de vagones que hagan a la escalabilidad de la red, podrán ir aportando más sustentabilidad y hasta excedentes por sobre el propio costo operativo.
Los tres factores para la escalabilidad de la Red Ferroviaria
La velocidad media en el recorrido de extremo a extremo condiciona la mayor o menor flota necesaria para realizar una misma producción de transporte de la misma, mientras que la densidad del sistema de seguridad ferroviaria impone la mayor o menor cantidad de trenes simultáneos en al vía, impactando en la mayor o menor producción de la misma.
En cambio, el tamaño, peso y o volumen de carga útil que podrá transportar unitariamente un vagón es el que condicionará la productividad unitaria del mismo, con impacto directo en:
- Mayor flete facturado por cada vagón => Productividad
- Más capacidad de carga para un mismo tren => Productividad
- Más capacidad de la línea a igual tránsito => Productividad
- Mejoras en las prácticas comerciales y operacionales para maximizar la comercialización por el aumento de la rotación de la flota.
- Progresiva inserción de capas virtuales de seguridad operativa ferroviaria para aumentar la densidad de tránsito.
- Incorporación de nuevos vagones de mayor capacidad:
- Por utilización de metales livianos de alta resistencia para cargar más graneles con el mismo peso bruto del vagón => Aumento del ingreso $ a igual costo operativo del tren.
- Por ampliación de la capacidad de bodega de paletizados, uso de materiales livianos => Aumento del ingreso $ a igual costo operativo del tren.
- Por incorporación del vagón para contenedor de 53 pies => Aumento del ingreso en $ a igual costo operativo del tren.
La intermodalidad se basa en la confianza mutua e industria metalmecánica
La confianza que podrá producir la adecuación de las prácticas vigentes, podrá acercar hacia el ferrocarril al cliente de la logística terrestre, que es el mayor ejecutor de la «Milla Comercial», por lo que el cumplimiento que atraerá más flujo de fondos, permitirá aún mayores mejoras y, también, mayor atractivo a dicha clientela que está acostumbrada a innovar en técnicas y procesos.
Sea en el País que sea, la apertura del ferrocarril hacia el servicio al cliente de la logística y del automotor de cargas demandará más vagones y convendrá la adopción de modelos de acuerdos de vagones de terceros propietarios, los que serán los principales clientes de la industria de fabricación de vagones y de contenedores.
Es decir, toda la conformación de la cadena intermodalizada y la demanda que esa impone a nuevos productos para el transporte y la logística, surge del ahorro de costos que el aumento de la productividad (y de la confianza) produce hacia todos los actores.
El desafío no es esperar la reconstrucción de la infraestructura, sino iniciar a partir de lo que se dispone que, por cierto, es más que suficiente en las redes de los países del Sur.
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